El pasado sábado 25 de marzo, junto a Federico Martín Nebras, como ponente, seguimos trabajando sobre María Gripe.
María Gripe centra toda su capacidad creadora en los niños. A través de relatos costumbristas y cuentos, la autora elabora un discurso en el que se asientan las bases del mundo racional y emocional infantil. Así, uno de los grandes valores de sus libros es el presentar al pequeño lector conceptos de gran importancia que ayudan a formar su pensamiento crítico y su capacidad reflexiva: la muerte, el tiempo, la religión, la amistad, la autoestima, el valor de las cosas sencillas… y lo hace de manera amena y cercana, permitiendo una primera aproximación a estas nociones.
Lecturas analizadas y comentadas:
- La hija del espantapájaros. Madrid: SM, 1980.
- Los hijos del vidriero. Madrid: SM, 1980.
- Un verano con Nina y Larsen. Barcelona: Planeta, 1983.
- El rey y el cabeza de turco. Madrid: SM, 1984.

Leer a Javier Marías, porque con esos períodos larguísimos y envolventes, con enumeraciones, amplificaciones y concatenaciones que sirven para persuadir al lector, imaginando el destino potencial de uno mismo a partir de escasos indicios, meros barruntos de lo que la existencia nos da.
- Mañana en la batalla piensa en mí. Anagrama, 1994.
- Negra espalda del tiempo. Alfaguara, 1998.
La literatura es un juego completamente abierto. En el fondo, no hay ninguna regla, y las posibilidades son literalmente infinitas. Si uno considera a fondo esta realidad —si acepta esta primicia— tan solo pensar en escribir resulta abrumador. ¿Por dónde comenzar? ¿Hacia dónde ir? ¿Qué sentido puede tener escribir un poema, una novela, una obra de teatro, una historia? ¿Por qué en un formato y no en otro? ¿Cuántas páginas escribir y por qué? ¿En qué idioma? ¿En cuántos idiomas? ¿Para quién escribo? ¿Con qué intención?
- Las ciudades invisibles (1969).
- Si una noche de invierno un viajero (1979).
¡
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