El pasado 20 de mayo, tuvimos un encuentro especial en el que, además de seguir trabajando sobre María Gripe, Eva Aguado nos habló sobre Las maestras de la república.

Dedicada al mundo juvenil, María Gripe se centra en el desarrollo de la personalidad, en las dudas y desorientaciones que vive aquel que ha dejado de ser un niño, pero aún no ha alcanzado la edad adulta, en esa etapa de transición tormentosa que es la adolescencia. Continúa tratando temas de importancia clave para la formación del ser humano: la muerte, el divorcio de los padres, la amistad, las relaciones entre padres e hijos, aunque son libros que demandan ya una lectura más madura y profunda, a la vez que introduce temas nuevos y acordes con los intereses y preocupaciones de sus lectores: los cambios en la adolescencia, la búsqueda del yo, la formación de la personalidad propia, la libertad de decidir y el proceso de convertirse en aquel que se quiere ser.
- El túnel de cristal. Madrid: SM, 1985.
- Los escarabajos vuelan al atardecer. Madrid: SM, 1985.
- Agnes Cecilia. Madrid: SM, 1985.
- La sombra sobre el banco de piedra. Madrid: SM, 1985.
- Aquellas sombras blancas en el bosque. Madrid: SM, 1988.
- Carolin, Berta y las sombras. Madrid: SM, 1991.
- Berta Isla. Editorial Alfaguara, 2017.
- Tomás Nevinson. Editorial Alfaguara, 2021.
Eva Aguado nos muestra el proyecto educativo que desarrolló La II República a través de la memoria de maestras republicanas que fueron unas mujeres valientes y comprometidas y que participaron en la conquista de los derechos de las mujeres y en la modernización de la educación, basada en los principios de la escuela pública y democrática. Uno de los objetivos de la República era garantizar el derecho social a la educación. Se tenían que crear escuelas que liberaran el país del peso de la ignorancia y de la pobreza. Su modelo consistía en llevar a cabo una enseñanza única basada en el principio de igualdad.
Una escuela pública obligatoria y gratuita capaz de garantizar la desaparición de diferencias entre el alumnado. Los profesores y profesoras eran las almas de la escuela. Se creó un nuevo plan de formación en que hombres y mujeres estudiaban juntos y en el que el claustro de las escuelas de magisterio, por primera vez en la historia, también era mixto. Eva Aguado destacó que el legado de las maestras republicanas “es hoy en día un referente de la educación, puesto que las investigaciones, ensayos, propuestas didácticas y pedagógicas que nos dejaron son más necesarias que nunca para impulsar un proyecto educativo en la construcción de un mundo democrático.
Por eso, en los tiempos tan críticos como los que estamos viviendo, con un continuo ataque a la educación y a otros derechos sociales que son fundamentales para el desarrollo de nuestra democracia y bienestar, volvemos sobre sus pasos y recordamos aquellos momentos en los que lucharon para conseguir mayores cuotas de igualdad, solidaridad y justicia".
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